El riesgo autoritario de las criptodivisas
- Eduardo San Miguel Velasco
- 20 sept 2021
- 3 Min. de lectura
Actualizado: 23 jul 2022
Bukele siembra un precede tepeligroso
Eduardo San Miguel Velasco
Las criptodivisas están de moda y hay opiniones de todo tipo. Inversores ávidos de fortuna explican con fruición los detalles de la volatilidad del Bitcoin y cómo sortearla para ganar dinero. Por supuesto, tampoco faltan los detractores con una oposición frontal a lo que dicen que es una burbuja sin ninguna base económica. Va a estallar y no tienen dudas. Tiempo al tiempo. Es lo que hay, pero yo no me meto. No sé si el Bitcoin estará con nosotros dentro de 24 meses, si cotizará a 10.000 dólares o a 60.000 dólares y por eso mantengo mi exposición al mínimo.
Quien sí parece dispuesto a apostar por las monedas del futuro es Nayib Bukele, milenario y autoritario presidente de El Salvador. Tanto es así que la república centroamericana es el primer país del mundo en adoptar el Bitcoin como moneda de curso legal. Bukele dice que el experimento monetario busca atraer la inversión internacional, reducir el coste de las remesas y llevar los servicios bancarios al segmento más deprimido de la sociedad.
El Salvador es el primer país del mundo en adoptar el Bitcoin como moneda de curso legal.
A diferencia de la cita de Bitcoin, yo sí tengo algo que decir al respecto. Pero primero, ¿qué piensan los demás? Más allá de los entusiastas de las criptomonedas, no hay elogios para Bukele. Por su parte, el FMI subraya los riesgos evidentes que conlleva la volatilidad del Bitcoin. Imagínese: a las 8 de la mañana en su cartera de Bitcoin hay suficiente para pagar otro mes de hipoteca denominada en dólares (El Salvador es una economía dolarizada). A las 4 de la tarde, antes de que vayas a pagar la factura mensual, Elon Musk lanza un Tweet sobre gatitos y el Bitcoin cae un 50%. Cuando llegas a la sucursal tu deuda es de facto el doble que ayer.
Hasta aquí realmente nada se sale del debate habitual sobre las criptodivisas, sus ventajas e inconvenientes. Lo que sí es novedoso es que un gobierno haga algo así en lugar de optar por introducir una moneda digital del banco central (MDBC). Criptodivisas caseras. El gobierno chino ya está experimentando con un yuan electrónico; tanto el BCE como la Reserva Federal tienen programas que estudian los riesgos y las implicaciones asociadas a dar a los bancos centrales un mayor papel en la creación de dinero. Recordemos que la gran mayoría del dinero son depósitos creados por el sistema bancario.
Lo novedoso es que un gobierno haga algo así en lugar de optar por introducir una moneda digital de banco central (MDBC).
Personalmente, me parece extraño que los líderes autoritarios del mundo, con la excepción de Xi Jinping, no estén trabajando en sus propios MCBD. En las economías de mercado, los bancos controlan la asignación del crédito y, por tanto, son los directores de la economía. A priori e hipotéticamente, con un MDBC un banco central puede convertirse en el único gestor del crédito, eludiendo así a los bancos como intermediarios. Y la independencia del banco central es frágil en muchos países. En resumen, un CBD es una batuta de la economía a disposición del gobierno. Uno con mucho potencial negativo para caer en las manos equivocadas.
Es justo decir que en las últimas décadas hemos experimentado cómo la tecnología destinada a hacer del mundo un lugar mejor puede tener justo el resultado contrario. Facebook conecta a dos seres humanos sin importar la distancia que los separe, pero también ha sido empleada para promover el genocidio de los rohingya; la inteligencia artificial es superior a cualquier médico experto cuando se trata de detectar el cáncer de forma precoz, y también está siendo decisiva para crear una tecnodictadura (perdón por el improperio) en China.
Aquí viene otro trozo de sabiduría popular, aunque no tan reciente: las economías centralizadas dan miedo al ciudadano de a pie. Por lo tanto, la tecnología MDBC representa un problema sensible para el futuro al facilitar una centralización sin precedentes de la economía. Bukele es un ejemplo perfecto de cómo los líderes autoritarios empiezan a coquetear con las nuevas tecnologías financieras sin buscar realmente la mejora económica, sino el interés político.
Bukele es un ejemplo perfecto de cómo los líderes autoritarios empiezan a coquetear con las nuevas tecnologías financieras sin buscar realmente la mejora económica, sino el interés político.
La ausencia de debate sobre el potencial destructivo que surge de la conjunción entre MDBCs y líderes autoritarios demuestra de nuevo la flagrante incapacidad para la anticipación que sufren las democracias liberales y la comunidad internacional en su conjunto. La tecnología debería igualar las posibilidades de los pueblos, no separarlas.
Comentarios